Capítulo 5: Celos

Buenaaas! ^^ ¿Cómo estáis? Ya es viernes, el fin de semana ya está aquí, genial. Aquí tenéis el capítulo 5, dentro de poco subiremos el 6. Comentad para saber cómo habéis reaccionado y si os ha gustado o no; no hace falta tener ninguna cuenta, podéis hacerlo como 'Anónimo'. Nada más, ¡saludos de las escritoras!




¿Qué le pasa a esta chica? Ha llegado junto a nosotros, y se ha plantado delante para impedirme el paso. Creo que ya me he ganado una enemiga, bien por mí...
 - Hola, Derek - dice, con los brazos cruzados sobre le pecho. Ella es guapa y además está bien físicamente, se nota que hace deporte.
- ¿Que hay, Eileen? - Derek parece muy relajado, al contrario que ella, Eileen.
- ¿Que qué hay? - Frunce el ceño y suelta un bufido. - Llevo esperándote diez minutos. ¿Dónde estabas?
- Aquí no, eso seguro - contesta él, y Eileen sonríe con suficiencia. - Estaba con ella, es nueva y no conoce el instituto. - Derek me señala, y ella me mira.

- Ah, y no podía hacerlo otro o encontrar la cafeteria ella sola, ¿verdad?
- Oye, si te vas a poner tan... lo que sea, mejor no vamos. - Parece que Derek ya se ha casado.
- No, no te vayas - Eileen dejar caer los brazos y relaja los músculos. Le dedica a Derek una mirada de disculpa, y después posa la vista en mí. - ¿Eres Viveca, verdad? La de la clase de Lengua y Literatura... La hija del profesor.
- Sí, esa soy yo. Encantada de conocerte - le digo, estrechándole la mano, aunque eso de "encantada"  todavía es discutible.
- Igualmente. Venid a sentaros con nosotros, Liam te espera allí sentado. - dice mirando a Derek. Él solo asiente.
Nos sentamos en la mesa de Eileen. Derek se sienta a mi lado, y al otro costado tengo al tal Liam, puesto que no hay ningún otro chico en la mesa.
- Chicos, ella es Viveca - dice Eileen, mirándome. - Es nueva, así que intentaremos ayudarla para que se adapte rápido.
- Sí, por supuesto. Si necesitas ayuda con lo que sea, pídemelo - me dice Liam, el chico de pelo marrón claro y ojos azules. - Soy Liam su mejor amigo - Señala a Derek con la mirada y le estrecho la mano que me acaba de tender. Me sonríe y en sus mejillas aparecen dos hoyuelos. Que monada de chico... Sonrío yo también sin darme cuenta, y me quedo embobada.
-Eh... Yo... Gracias - consigo contestar.
-Yo soy Angie - me dice una chica rubia de ojos verdes -, hermana de éste idiota - Señala a Derek con el dedo índice y yo sonrío. Tiene un rostro encantador, como su hermano, aunque él lo oculta con la cara de tipo duro que siempre adopta.
-Yo soy Elisabeth, aunque mi amigos me llaman Lis - dice una chica de pelo negro como el azabache.
-Yo Lucy - dice una chica de ojos color ámbar, al lado de Lis.
- Encantada - les respondo a todos. Ellos asienten, sonríen, y vuelven a lo que estaban haciendo antes: comer, charlar y reír.
Yo saco un libro del bolso y lo abro por la página en la que me quedé ayer. Se lo cogí prestado a mi padre de su librería en el estudio.
- ¿Qué lees? - me pregunta una voz dulce. Levantando la vista y veo que Angie me mira con una sonrisa encantadora en la cara.
- Ah, Romeo y Julieta - le respondo.
- ¿El original? - pregunta de nuevo, al ver las hojas tan amarillentas. Yo asiento. - Vaya, suerte para entenderlo todo.
- Sí, pero me encanta. Es la tercera vez que me lo leo - le respondo.
- ¿En serio? A mí también me encanta leer. Me gustaría tener una habitación entera toda repleta de libros - dice ella, suspirando.
- Entonces tienes que venir a mi casa, tengo una biblioteca allí. Este libro se lo cogí a mi padre de su estudio, que también es como una pequeña biblioteca.
- Guau... ¿ Cuándo quieres que vaya?
- No se, cuando te venga bien. Estás invitada cuando quieras.
- Mañana después de clase, ¿vale? - dice, con los ojos iluminados.
-Perfecto - le dedico mi mejor sonrisa y vuelvo a sumirme en el libro.
A cuarta hora tengo Francés, y puesto que he vivido bastante tiempo en Francia, sé hablarlo bien también. A quinta hora, Filosofía, que es lo que más me cuesta. A última hora tengo Latín, que necesitare la ayuda de mis padre par anetendelo mejor; papá tiene libro en latín.

Ahora estoy saliendo junto a Angie; me he dado cuenta de que coincido con ella en bastantes asignaturas, por no decir todas. Las dos somos de letras, y Eileen, Derek y Liam ciencias. Aunque con ellos tengo clase de Filosofía, que es obligatoria, no optativa. Me despido de todos ellos con la mano, hasta mañana, y me dirijo a mi coche. Me sobresalto cuando veo por el rabillo del ojo que Liam está detrás de mí.
- ¿Quieres algo? - le pregunto, cuando veo que me sigue hasta que me paro al lado de mi coche.
- No, mi coche es este - dice, señalando un coche blanco al lado del mío.
- Ah - digo con un hilo de voz, y me ruborizo.
- Oye... ¿es este tu coche? -  pregunta con los ojos abiertos.
- Sí.
- Guau... ¡Es increíble! ¿Cuándo te costó? Seguro que un pastón...
-No lo sé - admito. No tengo ni idea. - Mis padres me lo regalarón cuando me saqué el carné.
- Ah. Pues mola mucho.
- Yo preferiría uno más normal, ya sabes, pero tampoco voy a dejarlo aparcado en el garaje.
- Sí, ya. Eh, ¿dónde vives? - me pregunta Liam, con sus ojos azules fijos en mí.
- Pues... es difícil de decir.
- ¿Por qué? ¿No te sabes el nombre de tu calle?
- Bueno, no creo que en el  bosque haya ningún cartel con el nombre de la calle - Suelto una risita.
- ¿Vives en el bosque? Qué raro.
- Sí, verás... a mis padres les encanta la naturaleza - digo.
- Qué guay. A mí también me gusta mucho. - dice, sonríendo. Le salen otra vez esos hoyuelos tan adorables. - Tengo un sitio "secreto" donde voy siempre, casi todos los días.
- ¿Enserio?
- Sí.
- ¿Me llevarás algún día? - le pregunto, maravillada.
- Claro, me encantaría llevarte allí; cuando tú quieras - me contesta él.
- Genial - Le dedico mi sonrisa más encantadora y abro la puerta del coche-. Bueno, será mejor que me vaya.
-Sí, yo también. Hasta mañana, Viveca - dice, devolviéndome la sonrisa.
Me meto dentro del coche y arranco, antes de dar media vuelta para estar con él. Lo acabo de conocer y ya me encanta. Es tan adorable... Es algo que no he sentido antes, ni con Derek. ¿Qué es esto?Noto cosquillas en el estómago y no puedo evitar sonreir al recordar su rostro iluminado. Creo que mi madre lo llamaría amor a primera vista. Y... respecto a todo en general: estoy empezando a enamorarme de Liam Edison.